La conocida como Edad de Hierro comienza en el año 1200 a.C. aproximadamente. Este periodo se caracteriza por el descubrimiento de este metal y la creación de herramientas a partir de este. Este periodo es considerado el último periodo metalúrgico de la prehistoria, siendo el sucesor de la Edad de Cobre y la Edad del Bronce.
La Edad de Hierro se divide en dos etapas. La primera de estas, Edad de Hierro I es bastante similar al anterior periodo histórico. La más importante es la segunda etapa, Edad de Hierro II. En esta fase se descubre como extraer el hierro, descubriendo el hierro forjado. Las civilizaciones que poseían armas de hierro eran más prósperas y ganaban las batallas. También se fabricaron instrumentos de agricultura como la hoz que permitieron trabajar más suelos. Este material permitió la construcción de nuevos edificios y las ciudades fueron cada vez más espectaculares.
El acero llego tiempo después. Hasta varios años más tarde no se descubrió la aleación de hierro y carbono que reveló el acero. Este nuevo material se convirtió en el preferido para elaborar armaduras y armas, pero no era fácil de fabricar y se conseguían pocas cantidades. A mediados del siglo XIX el ingeniero Henry Bessemer revolucionó la fabricación de este material.
El convertidor Bessemer facilitó mucho la obtención del acero. Este aparato convertía el arrabio (lo que se obtiene al reducir el hierro) en acero. Se basaba en una gran caldera recubierta de acero cuyo interior estaba forrado por un material que soportaba el calor y el fuego.
El funcionamiento de esta máquina se divide en tres fases diferentes:
- Se introduce el acero fundido en la caldera y se le inyecta aire a presión por varios agujeros que posee el aparato. Esto lleva a la oxidificación. El silicio y el manganeso se quedan en la parte alta separándose del resto.
- Esta etapa se conoce como descarburación. Con un soplete se intensifica el proceso de oxidificación. Luego, se añade una aleación de hierro, carbono y manganeso y se vuelve a inyectar aire a presión.
- En la última parte, se vuelca el acero en otros recipientes donde se podrá trabajar con el más adelante.
Con este convertidor se consiguió producir grandes cantidades de acero. Desde ese momento se pudo utilizar para muchas más cosas y fue cuando la construcción empezó a beneficiarse de este material.