En anteriores publicaciones ya se ha hablado de las ventajas de las estructuras metálicas y las características que les otorgan beneficios a las construcciones realizadas con ellas, pero nada es perfecto y, es por eso, por lo que en este post encontrarán algunas desventajas de este material que no lo hace apto para construir en cualquier lugar.
No es un secreto que la corrosión es uno de los mayores enemigos de este tipo de estructuras, los lugares demasiado húmedos o cerca del mar no son idóneos para este material que se verá afectado, tarde o temprano, por la corrosión, además de necesitar un mayor mantenimiento y cuidado para alargar su vida útil.
Como mismo le afecta la corrosión también lo hace el fuego, las industrias o laboratorios con altas probabilidades de incendios no deberían construirse con metales. Las estructuras deberían recubrirse con pintura ignífuga o intumescente para cuidar y evitar, lo máximo posible, problemas con el fuego.
Aunque las estructuras metálicas se construyen calculando todo tipo de fenómenos que las puedan afectar, no es muy recomendable edificar este tipo de infraestructuras en lugares donde puedan recibir grandes acciones dinámicas. Además, el pandeo debido a la compresión que soportan los soportes metálicos hay que tenerlo presente, aunque se calculen todos los posibles fenómenos que las puedan afectar.
Es importante conocer bien en que terrenos o circunstancias una estructura metálica es adecuada para que la construcción no sufra ningún percance y cumpla su función correctamente. Edificaciones en zonas muy abarrotadas, como centros urbanos o construcciones donde existen espacios amplios muy grandes y libres entre otras muchas, suelen ser las más indicadas para aprovechar al 100% este tipo de estructuras metálicas.