Como ya se ha mencionado en el post anterior, las construcciones con estructuras metálicas no son favorables en todo tipo de lugares ni para todo tipo de edificaciones, aunque se puedan llevar a cabo, en el futuro darían mayores dificultades. Por ello, como mismo se habló de donde no construir ahora se va a hablar de donde sí.
Muchos expertos aconsejan construir este tipo de estructuras en edificios con terrenos deficientes, aquellos en donde existan grandes espacios libres, como pueden ser salones o locales públicos, edificios con probabilidad de crecimiento y cambios, así como edificios a realizar con poco tiempo de ejecución. Pero ¿qué significa esto?
El acero es un material que ofrece diversas posibilidades, tiene muchas aplicaciones y sus características constructivas y funcionales hacen de él un elemento apreciado por arquitectos o ingenieros. Si lo recuerda, cuando hablamos de las características de las estructuras metálicas se dijo que era un material muy adaptable, es por esto por lo que se utiliza mucho en edificios o construcciones que vayan a sufrir modificaciones constantes.
Estas ventajas estructurales han hecho que las construcciones industriales utilicen estructuras metálicas como material principal en su construcción. Algunas de estas edificaciones son complejos industriales, centros logísticos, oficinas, almacenes, naves industriales o naves con grandes luces, así como pasarelas, puentes o hangares metálicos.
Aunque el metal está asociado, principalmente, a este tipo de estructuras industriales, las nuevas corrientes estilísticas lo están asociando cada vez más a la construcción de viviendas. En este ámbito no se utiliza solo por sus características y ventajas, también como un componente estético de la construcción. Características como que ocupan un menor espacio, actualmente las residencias particulares son más pequeñas, han hecho del metal un material idóneo para la edificación de casas.