La realización de este tipo de infraestructuras es más compleja de lo que parece a simple vista y lleva un duro trabajo detrás. Hay varias fases por las que debe pasar el metal hasta convertirse en el tipo de estructura que se desea conseguir.
El plantillaje se realiza a través de la elaboración de unas plantillas, a tamaño natural, de los elementos que se pretendan fabricar. Los diámetros, la colocación de agujeros y la identificación de cada elemento que concierna deben estar colocados en su ubicación exacta para evitar cometer errores de medida. Hay que tener en cuenta, que con las nuevas tecnologías muchos talleres ya no utilizan plantillas sino ordenadores. Las piezas se dibujan indicando las medidas que tendrían y se envían los datos a la máquina encargada su fabricación.
La parte de preparación, enderezado y conformado se realiza para eliminar cualquier defecto que la pieza pueda tener antes de comenzar con el marcado. El enderezado se suele efectuar en una prensa o máquina de rodillos en frío, mientras que el enderezado y conformado en caliente. Tras hacer estas últimas operaciones la pieza debe quedar perfecta, no admite ningún tipo de grieta o abolladura. Hay que tener en cuenta que, si el material no supera los 10 mm, la conformación se hace en frío.
A continuación, comienza el proceso de marcado. Esta parte del proceso de fabricación debe ser muy exacta, ya que se debe marcar donde se van a perpetrar los cortes o taladros en la pieza.
Las labores de corte y perforado sirven para determinar que forma y dimensión tendrá el producto final. Estas actividades se llevan a cabo con distintas herramientas: sierras, discos, cizallas, plasma y máquinas de oxicorte. Además, cada una de ellas se utiliza para trabajos determinados, por ejemplo, la cizalla se usa para planos, chapas y angulares de no más de 15 mm de espesor, al igual que esta, el corte de plasma se utiliza para grosores más bien finos.
Una de las partes del proceso de fabricación es la soldadura. Para soldar las piezas primero se preparan con un biselado en las zonas donde se van a juntar. Dependiendo de lo gruesa o delgada que sea la pieza se utilizan unas máquinas u otras. Para chapas gruesas, se suele utilizar el oxicorte automático.
Las perforaciones son necesarias cuando las piezas van atornilladas, en este caso se utiliza un taladro. Si es posible, es preferible taladrar las piezas de una única vez, taladrando dos o más piezas ya armadas.
En la etapa del armado, se ensamblan las piezas acabadas, adoptando la posición que tendrán en el momento de realizar las uniones decisivas. Cuando los elementos del taller pasan a la obra se debe respetar las extensiones y disposiciones que tienen las estructuras, si alguna de ellas no corresponde con las dimensiones de armado se rechazan o modifican.